Quiero hacer un stop para hacer una reflexión sobre “la primavera racial en el Perú” Esta lucha contra toda forma de discriminación y racismo que se ejerce en el país. La que ya era hora de poner fin, para generar un cambio en una sociedad que debiera ser igualitaria. El Racismo en el Perú se hizo institucional desde la época de la colonia hasta nuestra actualidad, siendo incapaces de parar y reparar en nuestra forma de relacionarnos. Para desaprender, debiéramos iniciar un ejercicio de introspección, de las veces en la que lo hemos ejercido; y no valen excusas como “que conmigo también lo fueron”. Creo que va más allá de una simple reflexión, para mí es un acto de humildad, es una meditación de larga duración en la que debiéramos considerar las situaciones de privilegio, que nos llevó a pensar que estábamos por encima de los demás.
A que me refiero con eso del privilegio. Por ejemplo, los que somos mestizos blancos en el Perú, de por sí hemos vivido situaciones de privilegio sea cual sea nuestra situación socioeconómica, en el colegio, en el trabajo, o para entrar a una discoteca o zona de ocio; ya que se nos consideraba “que teníamos muy buena presencia» una forma descarada de seleccionar a los que tenían facciones más amerindias o afrodesendientes para su rechazo. Otra manera de favorecerse de estos provilegios, era pasar una preselección para un puesto de trabajo o para ingresar algún club social, y por tener un apellido extranjero de difícil pronunciación era mas sencillo, mientras los apellidos indigenas de origen quechua o aymara eran revisados hasta con lupa. También el favoritismo que existe al pertenecer a ciertos barrios, generan privilegios frente a los que proceden de zonas populares, consideradas marginales; aunque ambos hayan realizado estudios en la misma universidad, la brecha es inevitable. Si tuviéramos que hacer un listado de privilegios nos quedaríamos cortos en este breve artículo.
Por ello mismo, invito a los que dicen que «No son racistas», o no creen que haya racismo en el Perú, a que realicen este acto de introspección, de esos privilegios que les ha hecho la vida más cómoda, y se pongan en los zapatos de los que lo han sufrido constantemente, y seamos capaces de sumarnos en esta lucha.